El ‘Deja Vu’

¿Lo He Vivido? ¿Lo He Soñado? ¿Chispa Cerebral?¿Universos Paralelos?

Brown, en su libro “Experiencia del ‘deja vu’: ensayos en psicología cognitiva”, nos dice que es un fenómeno real y aunque le han dado de lado muchos ciéntificos en tiempos atrás, al llevarlo al laboratorio hoy podemos comenzar a comprenderlo.

San Agustín, Sir Walter Scott, Leon Tolstoi o Charles Dickens escribieron en detalle sobre “ese extraño sentimiento que nos hace recordar caprichosamente una escena que sucedió antes, de la cual la que está ocurriendo en el momento no parece ser más que un eco o un duplicado”, en palabras del poeta Nathaniel Hawthorne.

Según Brown, las teorías para explicar el “deja vu” pueden agruparse en cuatro grandes familias:

–Hipótesis del “doble procesamiento”: La memoria tiene dos “canales” diferentes, uno para recuperar la información y otro de “familiaridad”. De acuerdo con esta premisa, el “deja vu” tiene lugar cuando se activa el canal de “familiaridad”, pero no el de recuperación de la información.

–Teorías puramente neurológicas: Se apoyan en el hecho de que los enfermos de epilepsia con frecuencia experimentan “deja vu” justo antes de sufrir uno de sus ataques. Los investigadores que siguen esta premisa también han encontrado que pueden provocar experiencias de “deja vu” cuando estimulan ciertas partes del cerebro con pequeñas descargas eléctricas.

–Postulado de la recuperación del recuerdo: El “deja vu” está provocado por algo que en realidad hemos visto o imaginado antes (en la vida real pero también en una película, un libro o incluso un sueño). Y así, un elemento que quizá pertenece a otro contexto pero que “se cuela” en el presente es suficiente para desatar la sensación.

–Hipótesis de la “doble percepción” que, a grandes rasgos, creen que en nuestro proceso normal de percepción de la realidad a veces se produce una breve interrupción o lapsus que hace que algo aparezca como conocido cuando en realidad no lo es.

Brown, junto con otros investigadores, está llevando a cabo experimentos que respalden esta última hipótesis y despejen algunas de las incógnitas que dejan atónitos a los expertos.

Se sabe, por ejemplo, aunque se desconoce la causa, que las personas de tendencia progresista lo experimentan con más frecuencia que los conservadores; que disminuye con la edad o que suele suceder en entornos ordinarios, no en circunstancias excepcionales, y cuando uno está cansado. Los que tienen títulos universitarios o educación avanzada lo experimentan más a menudo, aunque quizás esto se deba a que se han topado con Marcel Proust o la película
Groundhog Day (también conocida como Hechizo del tiempo o El día de la marmota).

Brown reconoce que tiene una ingente labor por delante y que probablemente se trate de cinco o seis fenómenos motivados por causas diferentes. “Es como la exploración espacial, no estamos seguros de lo que vamos a encontrar”, señala el científico. De modo que el “deja vu” continúa siendo, hoy por hoy, lo mismo que un siglo atrás: interesante pero insoluble. Y a pesar de que es algo conocido o familiar, no resulta tranquilizante, sino todo lo contrario.

Hay que tener en cuenta que se rompe el orden cronológico que estamos acostumbrados a seguir. De repente el presente lo vivimos como ya se vivió o se soñó en el pasado. Y es que, de acuerdo con la mecánica cuántica, el tiempo no es lineal, y así el déjà vu podría ser el resultado de la intersección accidental de universos paralelos cuando se quiebra la textura de espacio-tiempo.

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