The Saga Continues

Yo soy el Señor de El Lado de los Muertos.

Nacido de las sombras en la convergencia de los mundos, para caminar entre ellos.

El Lado de los Vivos no tiene significado salvo mi parte viva que poseo aquí, en El lado de los Muertos, donde la oscuridad se manifiesta en los bordes de la razón.

Como un dios avanzo sobre la retorcida y supurada superficie de la serpiente de El Lado de los Muertos.

¿Qué duerme aquí? Que sueños hay en los empalagosos embobinados del mortal arrastre de la serpiente.

Arma en mano, mi mano; el golpe de gracia definitivo en el Final de Todas las Cosas. El Horror. El Horror. Yo lo adopto.

Almas, que no fueron rescatadas, a la deriva más allá de las Puertas Medulares, para una eternidad de espera.

Este limbo infinito, esta tierra de desperdicio, esta agreste y antinatural placenta. Yo la comando con mi oscuridad eterna.

Que secretos inefables son susurrados dentro del Sendero de las Sombras. Que realidades al borde rojo se elevan inhóspitas sobre el cielo maldito.

Ala de muerte, Fantasma, Madre Zombi. Este ser los sobrepasa a todos.

Y dentro del Asilo, como un gran motor negro que ruge por la eternidad, asolando el paisaje, ya cubierto por la oscuridad, con su presencia malévola y salvaje.

Y dentro de las legiones de los verdaderamente malditos. Demencia pura y escueta alguna vez en forma humana, ahora destripada y destrozada por eones de indulgencia saturada.

Su lujuria de sangre salpicando las paredes grasosas viviendo en el chillido de las victimas atrapadas, colgadas, traídas y descuartizadas por los movimientos escuálidos de la serpiente.

Este es el lugar que jamás habría deseado soñar, y ahora el sueño es el lugar que parcialmente estoy viviendo.